Al cumplirse este año el 90 aniversario del nacimiento de Gianni Rodari y el 30 aniversario de su muerte, muchas instituciones italianas han declarado a 2010 como Año Rodariano.
Yo quisiera destacar su libro Confundiendo historias que cada vez que lo leo se me queda un sonrisa en los labios. Una disparatada historia de Caperucita.
-Había una vez una niña que se llamaba Caperucita Amarilla.-¡No, Roja!-Eso, Caperucita Roja.-Su madre la llamó y le dijo: “Escucha, Caperucita Verde…”
El abuelo interrumpe la plácida lectura del periódico para contarle a su nieta una historia que, no por más clásica, le resulta menos difícil de narrar. ¿Desconocimiento? En absoluto. El anciano consigue que sea la pequeña la que realmente reproduzca el cuento a base de corregir los gazapos que deliberadamente comete porque, ‘confundiendo historias’ es como el enredo se convierte en un provechoso recurso expresivo.
La frase "Yo espero que estas páginas puedan ser igualmente útiles a quien cree en la necesidad de que la imaginación ocupe un lugar en la educación" de Rodari representa muy bien la manera en como vertebra toda su obra.
Siempre quiso ser músico. Y quizás lo logró de una forma tan poco convencional como su manera de hacer literatura. Compuso palabras, historias llenas de ritmo y ensayos que fueron auténticos allegros para la educación.
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