Este árbol no será de pino pero también está lleno de VIDA.
Las palabras susurran por la noche, se enrredan entre las luces iluminando nuestros corazones, solitarios o no. Este árbol se me antoja como un antídoto contra el dolor, el aburrimiento, incluso contra la desesperación.
En realidad no se me ocurre mejor regalo, es una bombona de oxígeno.
¡Cuántas historias para perderse en la noche y para reencontrarse a la mañana siguiente con ganas de más! Poder vivir otras existencias es amortiguar y compensar nuestra propia finitud.
Un árbol por tanto, para abrazar y para dejarse llevar....
¿Y os habéis fijado en la tetera de pie de lámpara? Dan ganas de pedirle un deseo como a la lámpara de Aladino.