La navidad es como pintar un pájaro. Si, suena un poco raro pero ahora lo entenderéis.
Para hacer el retrato de un pájaro, hay que pintar primero una jaula con la puerta abierta.
Después pintar algo bonito, algo útil para el pájaro. Luego colocar el lienzo contra un árbol en el parque, esconderse detrás del árbol, sin moverse y esperar....
Guardar un profundo silencio. Cuando llegue el pájaro, esperar a que el pájaro entre en la jaula y cuando haya entrado cerrar suavemente la puerta con el pincel.
Luego borrar uno a uno los barrotes cuidando no tocar ni una pluma del pájaro.
Dibujar después el árbol con sus hermosas ramas, el sol, y esperar a que el pájaro se decida a cantar. Si canta es buena señal, señal de que ya puedes firmarlo. Arranca suavemente una de las plumas y escribe tu nombre en una esquinita del cuadro.
Esto es la Navidad, porque al fin y al cabo de eso se trata. De poder firmar un momento único, con toda la alquimia de la magia volcada en un lienzo de sueños, en deseos sin barrotes, en una puerta abierta a la ingenuidad, en una caricia con una pluma y en una paciente espera a la ilusión.
Si al despertar tu pájaro se ha marchado del lienzo, siempre podrás pintar otro mañana.
Para todos siempre hay un mañana, cada uno su mañana, pero para todos el mañana de ahora se llama Navidad.
Que sea muy feliz para todos.
Gracias Jacques Prévest por darnos momentos tan poéticos.